2008/06/04 |

Fue un trimestre muy largo. La huelga de febrero paralizó las actividades de la Universidad por dos meses, así que aquellas primeras semanas parecen muy lejanas. El regreso a inicios de abril fue muy duro; retomar el ritmo, tanto físico como mental, me costó mucho trabajo. A todos nos costó.

Sin embargo aquí estoy, dos meses después. Los resultados fueron (casi) los que esperaba obtener al inicio del trimestre. Cuarenta y cinco créditos, el servicio social, el proyecto extra y el trabajo que salió durante la huelga me mantuvieron muy ocupado. Dormí poco y me estresé mucho. Sin embargo, (casi) todo salió muy bien. Las desveladas, los muchos cafés con pocos alimentos, las explosiones internas y, sobre todo, las veces que decidí no mandar todo al carajo han dado sus frutos. Estoy contento.

El arduo ritmo que he llevado los últimos trimestres me ha impedido ocuparme de mi vida personal. O más bien, pasar doce horas diarias en la Universidad se ha vuelto mi vida personal. No he podido convivir mucho con mis amigos (excepto los de la escuela), ni con mi familia (es increíble cómo me he pasado demasiados fines de semana frente al monitor). Tampoco he tenido tiempo de tener una relación sentimental; lo intentamos y no funcionó.

Aún así, me la paso muy bien. Estoy cada vez más cerca de terminar. Y estoy haciendo lo que me gusta.